En los últimos años la palabra innovación está en boca de todos. Quizás en exceso. Según Bruce Nussbaum "la innovación ha muerto, liquidada por el sobre-uso, el mal uso, la estrechez de miras, la obsesión por el incremento y el fracaso en evolucionar. Fue culpa de los presidentes de las empresas y directores ejecutivos, consejeros, mercaderes, publicistas y periodistas de negocios que degradaron y devaluaron la idea en procesos de fusión con términos como cambio, tecnología, diseño, globalización, tendencias o direcciones, en fin, cualquier cosa "nueva". Todo esto se hizo con una marcada obsesión por la medición y las matemáticas, y por la demanda de predictibilidad en un mundo impredecible". Y, si esto es así, ¿por qué otro libro sobre innovación? ¡Por qué no es un libro más sobre esta temática! Es un libro que no habla de la innovación sino de las personas. ¿O es que hay algo más importante a la hora de innovar? Describe cómo crear una verdadera cultura de la innovación. Una cultura donde la innovación no sea un fin sino una consecuencia.