En los últimos años, la transición democrática ha cambiado sustancialmente las formas clásicas de las instituciones postrevolucionarias mexicanas: incremento del pluralismo político, de la competencia electoral, de la influencia del Poder Legislativo, de la vigilancia pública, de las demandas sociales, de la participación de la mujer, de la visibilidad de los derechos humanos, de la autonomía de los medios de comunicación, etc. Se trata de cambios de gran envergadura ya que tensan el diseño institucional y las prácticas que daban orden e integración a la sociedad mexicana. Todos estos cambios plantean nuevos interrogantes y desafíos a la teoría política y jurídica y por supuesto, también a las instituciones. Este libro pretende ser una aproximación al debate necesario respecto de ciertos temas recurrentes del interés de la ciudadanía y del propio Estado de derecho en México: derechos humanos, legislación, Corte Suprema, participación ciudadana, seguridad pública, legalidad, ética judicial y desobediencia civil.