En 1993, los carteles de las funerarias abundan en las comunas de Medellín. Heduin los ve decorados con plumas. Las mismas plumas que ve volando desde que sabe que hay un monstruo que vigila y se lleva a los muchachos del barrio. Heduin intentará proteger a su hermano Yorman de ese monstruo, desde la fantasía y la ternura, pero Yorman necesita dinero y alguien se lo está ofreciendo. La metáfora del monstruo es el centro de esta obra que nos habla de la violencia y la vulnerabilidad.

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