La guerra ha comenzado. Nadie sabe dónde ni cómo, pero es así. Está detrás de la cabeza, hoy, ha abierto la boca detrás de la cabeza, y sopla. La guerra de los crímenes y los insultos, la furia de las miradas, la explosión del pensamiento de los cerebros. Está allí, abierta sobre el mundo, cubriéndolo con su red de hilos eléctricos. Cada segundo progresa, arranca algo y lo reduce a cenizas. Todo le sirve para golpear. Tiene infinidad de colmillos, uñas y picos. Nadie quedará en pie hasta el final. Nadie será perdonado. Así es. Es el ojo de la verdad.

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