El uso y la aplicación del concepto del límite en la psicoterapia resulta una novedad y una antigüedad. ¿Qué tiene de antiguo? Es forzosamente antiguo en cuanto el objeto de la psicoterapia es reeducar el sentido de la realidad revestidura del límite, que impera en la asimetría o la disimetría cotidiana de la vida. En la totalidad y en cada uno de sus fragmentos prácticamente imbatibles por el individuo desde el juego de la razón. Dar o devolver el sentido de realismo es, por consiguiente, una praxis terapéutica tan antigua como el mismo camino personal del hombre. ¿Qué tiene entonces de novedoso el uso y la aplicación del concepto de límite en el ámbito de la psicoterapia? Total, ¿acaso la psicoterapia no ha sido desde sus orígenes una sintaxis de la vida aceptable, por decirlo con frases de Julien Greimas? ¿Un ejercicio para desarrollar una visión de la vida? La novedad radica en el uso y la aplicación explícita del concepto de límite en el corazón mismo de la psicología y su práctica terapéutica. Ésta es la novedad de la Terapia de la Imperfección. La Terapia de la Imperfección es la metodología clínica, con su marco conceptual y sus técnicas terapéuticas específicas, que absorbe como esponja el concepto del límite y desde ahí se lanza a reparar los entuertos.