“Hay algo siniestro en cocinar para los condenados a muerte”, confiesa John Guadalupe Ontuno, protagonista de esta novela donde la pena capital, la sazón, el erotismo y el crimen celebran un maridaje tan perturbador como apetecible. Instalado en los fogones de la prisión de Polunsky, en Texas –capital mundial de ese ojo por ojo disfrazado de justicia que son las ejecuciones–, Ontuno se adentra en el inframundo carcelario como un observador privilegiado de la condición humana –o inhumana, según se vea.

Detalles

Otros libros del autor