Esta es una novela sobre falsificadores y falsarios, con personajes reales que parecen de ficción. La narradora, una crítica de arte que trabajó para una tasadora por cuyas manos pasaban obras falsificadas, relata una historia singular, aunque advierte: "No esperen nombres, estadísticas, fechas. Lo sólido se me escapa, solo queda entre mis dedos una atmósfera imprecisa, técnicamente soy una impresionista de la vieja escuela. Además, todos estos años en el mundo del arte me han vuelto un ser desconfiado. Sospecho en especial de los historiadores que con sus datos precisos y notas heladas a pie de página ejercen sobre el lector una coerción siniestra. Le dicen: "Esto fue así." A esta altura de mi vida yo aprecio las gentilezas, prefiero que me digan: "Supongamos que así sucedió." En el centro de la trama hay un personaje llamado la Negra, que falsifica lienzos de la pintora Mariette Lydis, retratista de la alta sociedad bonaerense.

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