Con fecha de 12 de noviembre de 1967, María Zambrano escribe a Lezama, el Maestro Cantor, para comunicarle la llegada de su amigo Valente: Y como de Ángel Valente, poeta, escritor, amigo, también recibo siempre algo bueno, me parece muy natural el que se conozcan, sean amigos para siempre. Y me alegra el que este encuentro se verifique teniéndome presente como si les presentara y no por azar. Espero que Valente me traiga noticias suyas. Y así fue. Desde aquel entonces, los dos poetas sellaron una amistad inquebrantable que, tras la muerte de Lezama en agosto de 1976, prolongó Valente con la breve correspondencia que mantuvo con su viuda, María Luisa Bautista. Este volumen ofrece el testimonio vital de estas fecundas relaciones entre dos de los más grandes poetas en lengua castellana del siglo XX. Javier Fornieles Ten (Madrid, 1969).

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