Nunca en la historia de la Iglesia Católica existió una brecha tan grande entre las doctrinas oficiales y la práctica cotidiana de millones de católicos. Y este disenso, aunque silenciado por el Vaticano, también está presente en el pensamiento de teólogos y sacerdotes y en la propia tradición cristiana. Philip Kaufman, un monje benedictino, demuestra que los temas de moral sexual que más preocupan a los católicos divorcio, anticonceptivos y aborto, no han sido definidos de modo infalible y se han transformado en un intento de manipular a los laicos mediante el control de su vida sexual.