Memorias. Epítome autobiográfico / 2 ed.

BURGOA ORIHUELA, IGNACIO
Memorias. Epítome autobiográfico / 2 ed.
Compartir:

Una de las fundamentales máxima socráticas proclama Conócete a tí mismo (Nosce te ipsum). Cuenta la historia o la leyenda que el ilustre preceptor de Platón la encontró inscrita en el pórtico del templo de Apolo en Delfos, pequeña ciudad cercana a la luminosa Atenas. Y qué difícil es aplicarla, pues generalmente nos afanamos por conocer a los demás olvidándonos de nosotros mismos como si no existiéramos. Juzgamos a otros y no nos atrevemos a ser nuestros propios jueces. Esta proclividad, llamémosla así, resulta de que la autoevaluación está sembrada de dificultades, destacándose entre ellas el riesgo de incidir en la vanidad y en la arrogancia o en una falsa o postiza humildad. Si grave es la tarea del juez, más grave se torna cuando la desplegamos sobre nuestra propia persona como si estuviésemos sentados en el banquillo de los acusados. Si juzgar con imparcialidad implica el enorme esfuerzo de mantener un delicado equilibrio entre dos extremos eludiendo los embates de los factores externos e internos que amenazan con destruirlo, tratándose de nuestra propia personalidad, como materia de juicio, dicho elemento de justicia es más difícil de lograr.

Detalles

Artículos relacionados