Nico intenta convencer a su mamá de que lo deje adoptar a una mascota: le ha propuesto darle hogar a un elefante o albergar a una pobre pitón que abandonaron con sus hermanitos escorpiones. Pero nada le da resultado hasta que, un día, un pequeño pollo que camina muy erguido lo sigue a casa. Así inicia una aventurera amistad que, sin embargo, corre el riesgo de desaparecer el día que Nico pierde a su amigo en medio del desfile del Día de la Mascota en su escuela. Del ala de un arrojado personaje, descubre la importancia de confiar en uno mismo, y de aceptar y cultivar aquello que nos hace únicos.

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