"Los medios representan, cada vez más, un espacio privilegiado para la construcción de un orden moral que sea proporcional a la escala y al alcance de la interdependencia global, y que posiblemente deba serlo. En la medida en que constituyen el vínculo o la falta de vínculo simbólico con el otro -ese otro que es lejano, remoto geográfica, histórica y sociológicamente-, los medios se van transformando en el medio ambiente vital en el cual podemos encontrar y, de hecho, esperamos ver una moral acorde con un mundo de relaciones cada vez más estrechas pero aún tremendamente dividido y plagado de conflictos. En suma, cualquier aspiración a una sociedad civil genuina, significativa y ética, que pueda ir más allá de las fronteras de los Estados (pero no sólo más allá de los Estados) y dar cabida a la idea del ciudadano global, debe tener seriamente en cuenta el modo en que se representa ese mundo en los medios." Silverstone sitúa los medios globales en el centro mismo del futuro moral de la civilización. Sostiene que todos los medios (la prensa, la radiotelefonía, Internet y, cada vez más, las redes y las tecnologías par a par) ejercen una enorme influencia sobre el modo en que los ciudadanos comprenden el mundo.