Morir es un alivio
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"Cuando yo mataba no sentía nada. Sabía que alguien tenía que hacerlo. Para mí era un trabajo común, como el de un militar o un policía. Yo sabía que, si alguien tenía que matar a alguien, se tenía que hacer y ya, para mí era normal". Lalo. La doctora en Ciencia Política Karina García entrevistó a 33 excriminales mexicanos y escuchó sus historias más crudas: fantasías de parricidio, rituales a la Santa Muerte, adicciones, secuestros, asesinatos. ¿Cuáles son las razones para que una persona elija una vida así? ¿Realmente es una elección? La respuesta de la autora es clara: el crimen organizado se alimenta, en su mayoría, de personas sin oportunidades para mejorar su condición de vida, víctimas de un maltrato sistémico y de expectativas inalcanzables. A partir de 12 testimonios de aquellos que han logrado escapar del narco, la investigadora da voz a los protagonistas, describe su contexto social y ofrece conclusiones contundentes que permiten comprender por qué en esas circunstancias morir es un alivio. El narcotráfico contado desde una perspectiva novedosa y, al mismo tiempo, considerada una de las más necesarias: los ojos de un sicario.

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