Este libro pretende ser una fotografía sociológica de los llamados movimientos sociales latinoamericanos en la década de los ochenta, época confusa y plena de sorpresas y cambios que prosiguieron a los años de la resistencia a los autoritarismos o a la molicie de democracias "agotadas". Los ochenta iniciaron la gran mutación sociocultural que viviremos los latinoamericanos por lo menos hasta fines de siglo. Si en el plano económico fueron los años de la década perdida, en el plano político fueron los de la recuperación democrática, y en lo social, los de la diferenciación y la explosión de múltiples comportamientos colectivos. No se sabe todavía cuáles serán los resultados de los cambios iniciados en dicha década, no se sabe si el resultado será la emergencia de "sociedades programadas dependientes", o sociedades en caos, o sociedades dualizadas, con escasos mecanismos de movilidad e integración social, o sociedades que evolucionan hacia un consenso intrasocietal cuyo resultado es el predominio del sistema político sobre la sociedad y la diferenciación de los actores sociales y políticos. Lo que sí se constata en éste y otros estudios es una suerte de incongruencia entre los procesos de concentración del poder y del sistema de toma de decisiones, asociado con la revolución tecnológica y la reestructuración económica internacional, y la reemergencia de nuevas y pequeñas prácticas colectivas, acciones orientadas tanto hacia la resistencia de la crisis y el ajuste económico como a la sociabilidad en lo cotidiano, a la integración social y al reconocimiento de identidades particularistas. Vivimos, pues, un largo período de inflexión histórica.