El eminente botánico Benn Crader, hombre de sensibilidad peculiar e inteligencia bondadosa, más que capacitado para experimentar el amor verdadero, tiene dificultades cuando el mundo le exige habilidades más prosaicas. Su sobrino Kenneth, profesor adjunto de literatura rusa, está dispuesto a hacer lo que haga falta para proteger a su tío y salvaguardar la magia y la pureza de un hombre tan excepcional. El día en que Benn decide contraer matrimonio con la bella y rica Matilda, no hace sino intentar alcanzar aquello cuya búsqueda emprendemos los seres humanos aun a sabiendas de que todo es mera esperanza: el amor. Aunque éste conlleve sufrimiento, aunque destroce y cause estragos, aunque, como sostiene el propio Benn, muera más gente por desamor que por efectos de la radiactividad, "¿puede reprocharse a alguien el hecho de que prefiera la belleza, ese júbilo eterno, como decía Keats?". A través de unos personajes que en cualquier momento podrían saltar de las páginas del libro, cobrar vida y echarse a andar por el mundo, Saul Bellow deja muy claro que ya no queda lugar para las naturalezas capaces de amar.