La muerte de Iván Ilich es una mirada directa a la angustia que reporta la muerte. Sin embargo, la novela también presenta una crítica al modo de vida en la sociedad rusa aristocrática de aquella época, la cual se contrapone fuertemente ante el panorama de la muerte, de la cual nadie quiere saber nada. Tolstói nos presenta a Iván Ilich, un acomodado miembro de la jurisprudencia rusa que, al estar ante la inminencia de su muerte, vive un extenuante proceso de análisis de su propia vida, tras lo cual entra en conflicto sobre si el estilo de vida acomodado y superficial que procuró fue el correcto. Al principio trata de justificarse ante su conciencia pero a medida que se acerca su muerte deja de hacerlo y asume que prácticamente todo en su vida ha sido una mentira, por lo que, a partir de ahí, se entrega a un éxtasis espiritual, libre de todo prejuicio y máscara, muriendo en paz y conforme consigo mismo. El hecho de retratar los caracteres de los personajes como personas cotidianas no implica que no existe una crítica al respecto. Al contrario, Tolstói nos habla de una total deshumanización social. Toda la sociedad que rodea al protagonista está deshumanizada: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, incluyendo los propios médicos. A nadie parece importarle el individuo que lucha y sufre en una soledad casi absoluta. El enfermo ha de soportar solo sus dudas, necesidades, mientras que los que lo rodean siguen viviendo ajenos a sus problemas, inmersos en sus propias fantasías.

Detalles

  • Editorial: EXODO
  • Año de edición: 2016
  • Materia Literatura juvenil
  • ISBN: 9786079443665
  • Páginas: 99
  • Encuadernación: RUSTICA

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