Henry Chinaski, el escritor más alcohólico y machista de la literatura universal, nos presenta la maratón sexual en que se convierte su vida de cincuentón después de dejar su puesto en la oficina de correos y obtener cierto éxito como poeta. Recitales, jovencitas dispuestas, conversaciones telefónicas, celos, polvos y algún que otro viaje son los ingredientes de esta novela en la que el propio protagonista se muestra consciente de estar realizando un experimento: acostarse con mujeres diferentes le tiene que servir para crear personajes femeninos, para estudiar al otro género y analizarse también a sí mismo.

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