En nuestra exégesis de Hegel siempre partimos de su contexto. Lo hemos expuesto en nuestro primer libro sobre la Fenomenología del espíritu: revolución burguesa y nueva racionalidad. Se nos dirá que la pretensión de interpretar al autor en su cintexto es una ilusión porque siempre, queramos o no, lo interpretamos desde el nuestro. Esto es cierto en la medida en que siempre se produce una fusión de horizontes, nunca podemos tener una vigilancia crítica sobre ello. Es necesario practicar una cierta ascesis intelectual y tratar; en lo posible, de leer al autor desde su propio contexto. Se logrará una aproximación. La autocrítica, la vigilancia sobre los rasgos ideológicos de nuestro propio pensamiento, evitará que la carga ideológica que necesariamente llevamos con nosotros termine castrando el propio pensamiento y lo transforme en una mera apologética o en una mera crítica.