En la actualidad se ha reducido al mínimo el pudoroso silencio que antes había en torno a la sexualidad; el tema no es ya un tabú en los medios de comunicación y el ejercicio sexual se ha liberado de tal manera que se ha creado una nueva "normalidad" en esta, en la que se aceptan prácticas con toda naturalidad que antes se consideraban aberrantes; ahora la gente tiene muy pocas barreras sociales para manifestar su sexualidad y prácticamente ninguna represión mental que le impida asumir su erotismo con libertad y sin sentimiento de culpa. Aquí veremos dos tipos de trastornos: las disfunciones, que son en esencia problemas fisiológicos; y las parafilias, que son básicamente problemas psicológicos; aunque habría que señalar que en ambos casos existen elementos físicos y mentales que intervienen en la configuración de un desorden de la sexualidad; en algunos casos parece que el problema se genera en el cuerpo (soma), mientras que en otros el origen en apariencia se produce en la mente (psique); de cualquier manera, para fines de reconocimiento y tratamiento, pueden considerarse fenómenos psicosomáticos.