- Mira abuela, un diente de león. ¿Lo puedo soplar? Me encanta ver cómo vuela la flor y el viento se la lleva. Asiento con la cabeza y en mi interior pienso en lo frágil que es la vida; la comparo con la flor que tanto llama la atención de mi nieta, efectivamente, de un soplido se desintegra poco a poco o toda en un instante. Así son nuestras pérdidas, llegan de una en una o varias a la vez, hasta que un día la última se lleva nuestra vida; entonces sólo queda aquello que logramos transmitir a los demás en su momento, todo aquello que trascenderá de cada uno de nosotros. Trascender es nuestra meta, dejar huella en aquellos que formaron parte de nuestra vida... De eso trata este libro, de vivir las pérdidas de la mejor manera posible encontrando las ganancias que pudieran traer consigo, convencidos de que cuando ya no estemos, nuestro paso en esta vida logró permanecer, de algún modo, en aquellas personas que se cruzaron en nuestro camino...