Los diez delicados relatos de este libro retratan a personas corrientes de la Rusia postsoviética –médicos, maestros de escuela, políticos locales, delincuentes comunes– cuyos caminos se cruzan, de forma natural aunque impredecible, en atmósferas grises pero dotadas de un singular encanto. Maxim Ósipov se sirve de su experiencia como cardiólogo en el modesto hospital donde pasa consulta para crear unas historias llenas de compasión, lirismo y engañosa sencillez que recorren el sutil camino que va de lo individual a lo colectivo. Como en una comedia negra chejoviana -al fin y al cabo Chéjov también fue médico-, en estas páginas conviven la corrupción y la violencia cotidiana con el humor, la ternura y la promesa de redención. Ósipov puebla sus narraciones de personajes variopintos y gracias a una extraordinaria capacidad de observación nos hace partícipes de sus tragedias y frustraciones, pero también de momentos de sublime epifanía y belleza.

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