Uno de los errores más frecuentes en el proceso enseñanza – aprendizaje de las matemáticas, desde la enseñanza elemental, ha sido privilegiar la memorización sobre el aprendizaje significativo, con elementos conductistas de premio y castigo. En lugar de censurar el error, recuperarlo como imprescindible para el aprendizaje y, con ello, encontrar el gusto por experimentar con las matemáticas; recobrar el papel de la evaluación como un recurso indispensable para el logro de la autonomía. Es necesario desarrollar técnicas heurísticas además de la memorización de los algoritmos. La intención final del autor con estas “Prácticas de cálculo” no es proponer soluciones definitivas en la enseñanza de las matemáticas, sino contribuir a la transformación de la práctica docente en una labor más constructiva y con significado.