Cazadores de otro mundo atraídos por el calor y el conflicto, son físicamente superiores, poseen tecnología alienígena letal y pueden ocultarse a plena vista. A lo largo de nuestra historia, estos depredadores han usado la tierra como su terreno de caza privado, acechando nuestros campos de batalla y barrios bajos, no para ganar terreno o derrotar a la tiranía, sino para obtener espantosos trofeos. ¿Su presa? No son leones ni elefantes, sino la más peligrosa: el hombre.

Detalles