Las palabras deben ser música para el cerebro, eso es lo que debió intuir Pedro al ir tejiendo cada página de este libro. Durante el peregrinaje interno, 351: el autor aparta el ruido instalado en el pensar futbolístico y ubica en el trono preferencial la verdadera esencia: emoción y fútbol. Apreciado lector, tengo el pleno convencimiento de que a través del sendero de esta lectura, conseguirá despertar el deseo de seguir subiendo escalones. Pedro qué complejo se torna no pretender ser alumno de esta obra maestra.