El sentimiento de pérdida y la falta de identificación con el presente provocan una situación extrema, una rozadura en el ser. La fatalidad, la inutilidad y el vacío aparecen como extraña de la condición humana. Por eso el tono de la poesía de Jorge Galán asume la seriedad metafísica en su sentido más profundo. La intimidad del poeta es la intimidad de su país enfermo de violencia, La intimidad del mundo que se llena de ruidos en una metamorfosis imparable, cargada de muerte y desolación. La poesía rebelde y terca extiende una y otra vez la mano endurecida, busca a tientas el silencio del mundo, el silencio que permite escuchar las lágrimas, los susurros, las oraciones del ser huano en una búsqueda de una imposible dignidad. Pero que la dignidad se imposible no exime a la poesía a su vieja tarea de buscarla.

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