Proceso inquisitorial del cacique de Tetzcoco

GONZALEZ OBREGON, LUIS
Proceso inquisitorial del cacique de Tetzcoco
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GONZALEZ OBREGON, LUIS
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La Inquisición quiso siempre salvar las formas, como dijo el primer historiador mexicano de la misma, Vicente Riva Palacio: Lo que más horroriza de la Inquisición es sin duda la cuestión del tormento y la hoguera, pero en primer lugar el Santo Oficio cuidó bien de que sus sentencias jamás declararan, sino que el reo como relajado sería entregado al brazo secular, y no que debía morir y menos la clase de muerte que debía aplicársele, es verdad que relajar a un reo era tanto como dictar contra él la sentencia de muerte y entregarle al poder temporal para que la ejecutara, pero la Inquisición quiso siempre salvar la forma, y los jueces civiles sentenciaban la muerte conforme al derecho común, y así la ejecutaban. Parte del encubrimiento es la idea de que la Inquisición no se ocupaba de los nativos mexicanos, pero lo hizo en gran número, sin descanso y a lo largo de toda la Colonia, sólo que bajo la forma de reos de la Inquisición ordinaria, a cargo de los obispos, o bien de la que ejercían los frailes, quienes no vacilaban en usar el nombre de la Inquisición u otro que la ocultase, según las conveniencias. No olvidaban gritar el lema de la Inquisición española en México, Exurge, Domine, Indica Causam Tuam, en el momento de encender la hoguera en que serían quemados vivos los sacerdotes o gobernantes indígenas.

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