Propercio es el paradigma clásico del poeta elegíaco en su más auténtico sentido. Ello se hace evidente desde la particular formalización de su creatividad y desde la convicción ética explícita e implícita que aflora en su obra. Sus elegías obedecen a una singular proyección personal, que era ajena a los valores que propugnaba la moral oficial romana. Propercio sitúa en primer término sus anhelos individuales y se desvía de la norma. El modo elegíaco de su discurso poético se articula en torno a dos ejes esenciales: el amor, como concepto transversal y vertebrador, y Cintia, como la musa que permite concretar el canto de la excepción ética elegida. La lectura y el análisis de su obra desvela un abanico de influencias de primer nivel, y que es de impronta preferentemente alejandrina y neotérica. Sus versos, sus dísticos elegíacos, evocan también temas, modos y pautas poéticas de exitosa proyección posterior. La tradición lírica del célebre poeta umbro parece garantizada. La extensa y valiosa nómina de estudiosos propercianos confirma esta idea y es buena prueba del constante interés que suscita.

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