Eran perfectos el uno para el otro hasta que se conocieron. MISHA Mi profesora creyó que Ryen era un chico, la suya que Misha era una chica y las dos, completamente equivocadas, nos juntaron para ser amigos por correspondencia. No nos costó mucho darnos cuenta del error, pero ya habíamos hablado de todo: ¿la mejor pizza de la ciudad? ¿iPhone o Android?¿Es Eminem el mejor rapero de todos los tiempos? Y ese fue nuestro principio. No me escribía con regularidad: a veces, me llegaba una carta a la semana; otras, tres en un día. Daba igual. Las necesitaba. Solo teníamos tres reglas: sin redes sociales, sin teléfono, sin fotos. ¿Por qué habríamos de arruinar algo tan bueno? Hasta que un día, encontré la foto de una chica llamada Ryen que ama la pizza de Gallo’s y adora su iPhone. ¿Demasiada casualidad? Necesito conocerla. Solo espero no odiarla. RYEN No me ha escrito en tres meses. Algo pasa. ¿Habrá muerto? ¿Estará en la cárcel? Conociéndolo, cualquier cosa es posible. Me estoy volviendo loca sin él. Y es mi culpa. Debí pedirle su número, una foto. Algo. Puede que se haya ido para siempre. O puede que esté frente a mí y yo ni siquiera lo sepa.

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