Con frecuencia se tiene la idea de que el arte es tarea de unos pocos y exclusiva de un campo del conocimiento, sin embargo esto no es así. Existe una gran diversidad de formas de acercamiento e interpretación de sus mensajes. Puede ser desde las disciplinas académicas, como la historia del arte, la estética, la teoría del arte y los estudios visuales o desde la producción de las artes, las instituciones culturales o privadas como museos y galerías; la crítica hecha por individuos con distintas formaciones, como escritores, arquitectos, periodistas, etc., así como cualquier persona interesada en el tema. Una de las formas más recurrentes de entender el arte ha sido a partir del estudio de sus líneas, colores, formas, ritmo y composición. También, otras maneras de analizarlo han sido a partir del estudio de la biografía del artista, de la iconografía, del contexto histórico, político, económico, social y cultural, así como a partir de su clasificación en estilos y periodos. Otra vía para acercarse ha sido a través del use de teorías provenientes de diversas áreas de investigación como los estudios de género, la semiótica, la teoría critica, el estructuralismo, el post-estructuralismo, la deconstrucción, el psicoanálisis, los estudios afro-americanos, los estudios queer, los estudios coloniales y postcoloniales, la teoría crítica racial, los estudios culturales, la crítica literaria, entre otras, y que pueden ser aplicadas solas o de manera interdisciplinaria. A partir de esta pluralidad e intersección de áreas del conocimiento, las producciones artísticas han sido entendidas no como un fenómeno aislado, ni a partir de la descripción de un estilo o de un orden diacrónico, sino como el resultado de una sofisticada suma de circunstancias en la que intervienen ideologías, clases sociales, género, sistemas de resistencia, la familia, relaciones de poder, etc. y que refleja distintas realidades de la sociedad.

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