Dicen que del origen de los tiempos nacen los cuentos, mitos y leyendas, que narran el origen del hombre y también su final. Para nada halagador, pero ¿qué sucede cuando el fin forma parte de un principio? Eso suena interesante. Hay bases que son elementales y en algunas culturas encontramos coincidencias. Como cuando se habla del origen del hombre, que nació de energías sagradas que se manifiestan de diferentes maneras por seres sobrenaturales. La cultura maya, profesa una compleja creencia acerca del universo que gira en torno a un ciclo que se repite y según el cual, cada ciclo debe ser superior al anterior, asociando de esta manera un vinculo muy intimo entre el fin como parte de un principio, como espiral. Así también habla de cómo fue creado el hombre, a partir de intentos, el primero de barro, el segundo de madera, hasta llegar a lo que somos ahora, el hombre de maíz. Y es en esta parte donde se sitúa el corazón de la novela. Uno nunca sabe si nuestro papel en la existencia terminará un día. Mucho menos se sabe, si habrá una cuarta creación y sean ellos quienes cuenten nuestras vivencias como una leyenda muy lejana.