Imagina que eres un ciudadano inglés con una insistente curiosidad por descubrir qué hay más allá del horizonte, y la cual te conduce a navegar por el Atlántico hasta bordear las costas de Brasil. En la travesía sobrevives a furiosas tormentas, caes prisionero en manos de piratas, escapas y te haces de una embarcación propia que finalmente naufraga y te arroja a una isla deshabitada. En medio de esta soledad aprendes a observar los cambios de las estaciones, a sembrar y, sobre todo, a tomar de la naturaleza sólo lo necesario, como lo hizo Robinson Crusoe, el protagonista de esta historia cuya lectura te reserva todavía muchas sorpresas.

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