Hablar de salud no sólo es hablar de ausencia de enfermedad física o mental, se habla también de la presencia de un adecuado entorno personal y afectivo, es enfocarnos a mantener el equilibrio. La educación y la salud van unidas, es de gran importancia promover en el ámbito escolar los valores, conductas y hábitos que favorezcan una vida saludable, al mismo tiempo fomentar la higiene, el cuidado corporal, la actividad física, la preocupación por el medio ambiente y la alimentación. La educación es la mejor arma para luchar contra los peligros que acechan a los adolescentes. Sin embargo dicha lucha se ve obstaculizada en gran medida porque que a esa edad su personalidad y la capacidad para ver los riesgos que dichas conductas tienen no están suficientemente desarrolladas. En esta etapa de la vida, los jóvenes tratan de imitar a sus iguales, de ser como los demás, incluso si ello significa fumar, beber alcohol o tomar drogas los fines de semana para sentirse uno más dentro de su grupo. Otro de los problemas es también la facilidad con la que estos menores acceden a iniciar una vida sexual activa, muchas veces sin la información necesaria y adecuada para prevenir un embarazo o una infección de transmisión sexual, lo cual conlleva a que el adolescente presente soledad, depresión, abandono, interrupción de sus estudios, disminuye las probabilidades de terminar una carrera, ellos buscan tener una solución equivoca en muchas ocasiones como un aborto e incluso llegar al suicidio. Hablar de Educación para la Salud es hablar una herramienta útil para que los adolescentes lleguen a ser personas preocupadas por su salud física y su bienestar emocional, conscientes de la importancia de una buena educación sexual para prevenir enfermedades, capaces de pedir ayuda en caso de necesitarla y de ayudar a otros si fuese necesario, carentes de prejuicios sociales y poseedores de juicio y sentido crítico.