Este no es un libro científico, ni de homeopatía, ni de naturismo, ni de nutrición. Es un poco de todo. Una pequeña parte de las inquietudes que ha tenido el autor a través de su larga experiencia y su dedicación al estudio, y su deseo a dominar todas las terapéuticas disponibles para restablecer la salud de manera rápida, suave y, de ser posible, permanente. Es una pena que tantos médicos se enquisten en lo poco que aprendieron en una especialidad y no procuren ampliar sus conocimientos y posibilidades terapéuticas con las medicinas complementarias. Al contrario, es importante que el médico descubra a cada momento lo maravilloso que es el organismo. Su capacidad de adaptarse a las más difíciles y exigentes situaciones, su capacidad de repararse a sí mismo. El papel del médico debe ser el de ayudar al esfuerzo curativo, y no perturbarlo con terapéuticas supresivas y agresoras.