Una lucha donde no hay lealtad que valga: por conseguir el poder, el padre es capaz de traicionar al hijo, la esposa al cónyuge, el secretario de estado al primer mandatario. Y donde todo puede pasar: crímenes de viejos caciques, espionaje de supuestos allegados, maniobras tétricas, extorsión sexual o que incluso reaparezca en la escena política un fallido candidato presidencial al que todos creyeron asesinado años atrás.

Detalles