John y Brooke van de pueblo intentando atrapar al último de los demonios, pero ellos también son perseguidos. Con cada nueva ciudad, cada nueva parada, cada nueva carretera se acercan a un asesino impredecible y John tiene que encontrar la manera de resolver este terrible acertijo. Mientras tanto, la psique fracturada de Brooke se tambalea al borde del extravío, abrumada por la infinidad de personalidades que comparten su mente. Todos los días, entra y sale de la lucidez, manifestando nuevos nombres, pensamientos y recuerdos, hasta que aparece una personalidad que John nunca hubiera esperado y con la cual no sabe cómo lidiar.

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