Un relato apasionado que se lee como una novela y obliga a preguntarse si existe una ética en el filo entre la vida y la muerte. "Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos. El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando. En esta novela, abandonando por primera vez su faceta de narrador de ficciones, Pérez Reverte nos enfrenta con la visión más real y desencarnada, no exenta de ternura e ironía, sobre el trabajo de los corresponsales de guerra en la ex Yugoslavia.