El paciente críticamente enfermo se caracteriza por presentar un grave desequilibrio en su homeostasis. Claro ejemplo de ello es la disfunción de la coagulación. Los diferentes escenarios fisiopatológicos relacionados con la coagulación a los que se enfrenta el intensivista son múltiples, pasando por un espectro muy amplio entre la anticoagulación, la hemorragia y la trombosis. De esta manera, todos los interesados en el manejo del enfermo grave deben conocer a profundidad el sistema de la coagulación y sus principales alteraciones, con el objetivo de implementar la mejor estrategia diagnóstica y terapéutica y así asegurar una mejor evolución de, los enfermos.