Este libro examina la problemática de la migración indocumentada, la trata de personas y los derechos humanos en contexto tanto del espacio migratorio México-Estados Unidos como europeo. Los países receptores de inmigrantes utilizan el argumento de combate a la trata de personas no para proteger a los migrantes de la situación de explotación a la cual son sometidos por aquellos que les emplean, sino para poner barreras a la migración indocumentada. Es decir, el concepto de trata de personas ha sido utilizado una y otra vez como soporte legitimador de políticas de control fronterizo que se han traducido en la muerte de miles de personas tratando de llegar a países donde esperan obtener mejores condiciones económicas. Como contraste, son pocas las veces que ha sido utilizado para proteger a los migrantes de una situación de explotación laboral. El encapsulamiento del concepto de trata de personas en el combate a la delincuencia organizada trasnacional ha propiciado su aceptación en las democracias liberales occidentales de altas rentas per cápita y su imposición al resto del mundo. Sin embargo, la universidad d este concepto también ha conducido a la universalización de la idea de que la "explotación" constituye una vulneración de los derechos humanos de los migrantes, que se convierten en víctimas que deben de ser compensadas. Una persona explotada no es automáticamente una víctima de trata, ya que la definición de tarta es tan abierta que no permite diferencias de modo claro y preciso quién es víctima y quién no lo es. Entre los conceptos de trata y explotación existe un continuum donde no es posible precisar dónde comienza el primero y termina el último.