Rosita, Virginia y Ana María, las tres lindas cubanas, título además de un danzón, una exiliada en Miami, otra en la ciudad de México y otra en La Habana, dan pie al autor para sopesar las distintas, a veces contrapuestas, y siempre complejas actitudes hacia Cuba. Tres lindas cubanas, donde se mezclan dos géneros: la memoria novelada y la crónica de viajes, nos adentra en un terreno narrativo nuevo, donde la historia se funde con la novela.

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