Últimos tragos, que ha recibido el prestigioso premio Booker, ha confirmado a Graham Swift como uno de los grandes novelistas contemporáneos. Jack Doods era un carnicero de Bermondsey. Iba a cerrar su tienda, comprarse una casita junto al mar y empezar una nueva vida con su mujer cuando tuvo que rendirse ante una cosilla de nada, algo que comenzó como un simple mal trago, y acabó siendo la copa final. Pero antes de morir, y en una última carta donde las letras eran ya tenues como telas de araña, pidió que echaran sus cenizas al mar desde el muelle de Margate. Y ahora espera dentro de una urna, en el pub donde se reunía con sus amigos, el viaje final. Irá en un suntuoso Mercedes azul, que Vince, su hijo adoptivo y vendedor de coches de segunda mano, ha tomado prestado para la ocasión, y le acompañarán, además de Vince, sus amigos de siempre: Ray, un vendedor de seguros y genio de las apuestas; Lenny, que en sus buenos tiempos fue boxeador y ahora tiene un puesto de frutas y verduras, y Vic, empresario de pompas fúnebres... Y la peregrinación con las cenizas de Jack los llevará a los lugares y a las memorias del pasado, y de la historia de cada uno de ellos, que se entreteje inevitablemente con la de los demás, se irá componiendo esta gran historia de las pequeñas gentes de este siglo, llena de tragedias íntimas, de goce y de desdicha, de amores y rencores, y de la cotidiana felicidad -e infelicidad- de vivir.

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