Inglaterra, 1840. A pesar de su corta edad, Emma Bright ha llevado una vida trashumante e intensa. Desde Londres recorrió el continente europeo y terminó en Venecia, criada por su tía y por una actriz que le enseñó el arte de la caracterización y del disfraz. Arte que la joven domina a la perfección. Ahora debe volver a Londres dispuesta a enfrentar a un distante y cruel padre que sólo pretende hacer una boda ventajosa con ella. Sin embargo, el hombre no cuenta con las habilidades de Emma, quien piensa presentarse como una jovencita fea para espantar al anciano pretendiente que le han asignado. Si bien el engaño da resultado y el compromiso se rompe, Emma comprende que no puede quedarse en la casa paterna. En su huida, conoce a una institutriz en apuros, intercambian lugares y la señorita Bright toma el trabajo de la muchacha en Cravencross Park, residencia del marqués de Stamford. Allí, todavía disfrazada, conocerá a Lucien, hermano del marqués, que parece poder ver lo que nadie ve: a ella sin máscaras.