Es difícil hablar de las intenciones de Un coup de dés no solo por la oscuridad del poema, sino porque el propio Mallarmé lo hizo en la página maestra que se escribió para su primera publicación en la revista Cosmópolis en 1897. Es revelador observar cómo Mallarmé ve un silencio (es decir un término con valor acústico) en derredor del verso, representado por los "blancos" (es decir un término con valor visual) de la página que ocupan dos tercios de la misma; el poeta no cree transgredir con su nueva tentativa esa medida sino solo dispersarla; sin embargo, hábilmente está combinando en su teoría poética visión y resonancia. En segundo lugar, el dibujo musical con el motivo principal que constituye el título del poema en grandes caracteres de imprenta y en mayúsculas; luego, uno secundario en caracteres más pequeños, también en mayúsculas, y una tercera variación en diversos tamaños. Los temas se entrelazan y confunden unos con otros suspendiendo sus sintagmas que, en forma inevitable, se dirigen a su fin, pero sin repetición de notas, como lo haría la música, y que obedecen a una composición rigurosamente limitada a lo necesario por el "empleo desnudo del pensamiento". La presente edición reproduce, con correcciones, la traducción clásica de Ricardo Silva-Santisteban pero ofrece algunas novedades: en primer lugar, la utilización de la tipografía Didot escogida especialmente por el poeta y que por primera vez se utiliza en la edición original y en su traducción al castellano. Se publican también las tres litografías preparadas por el pintor Odilon Redon expresamente para la primera edición frustrada por la muerte del poeta. Finalmente, se ofrece una lúcida lectura del poema preparada por el traductor como ayuda para la lectura de esta obra maestra, uno de sus poemas más originales, que constituye el gran preludio de la poesía por venir. Este poema es el postrer esfuerzo de Mallarmé y su canto de cisne; en él se conjugan los objetos y las obsesiones del poeta en un in