Ayla, convertida en una mujer joven y bella, abandona la seguridad del clan en el que creció y emprende sola un largo viaje lleno de descubrimientos. La aguardan una tierra hostil, unas bestias terroríficas y una gran soledad. Sin embargo, poco después, halla refugio y alegría en el Valle de los Caballos, donde se encuentra con Jondalar, un desconocido herido, a quien lleva a su cueva para curarlo. Tras varios meses de convivencia comparten conocimientos, aventuras y unos sentimientos tan fuertes como desconocidos para ambos.