La mayoría de las biografías olvidan convenientemente que, antes de ser el general revolucionario, Doroteo Arango fue un conocido bandolero del norte de México. De ser un sencillo hombre de campo marcado por la tragedia y el infortunio, se vio obligado a pasar al bandolerismo, integrándose a la pandilla de Ignacio Parra, el legendario ladrón antisistema. El espíritu bandolero de Francisco Villa es revelado gracias a una exhaustiva investigación en archivos públicos y privados y en la correspondencia entre Madero y Villa, cuando este estaba encarcelado. Por primera vez se presentan documentos y testimonios acerca de una etapa desconocida de la vida de Villa, en la que el futuro revolucionario aprendería a sobrevivir a la intemperie en circunstancias extremas, a disparar con una precisión envidiable, a dominar el caballo como pocos, a dirigir hombres en el campo de batalla; habilidades que lo harían una de las figuras más valiosas de la Revolución y, al mismo tiempo, provocarían su condena y rechazo por parte de varios líderes militares. Es una rigurosa obra histórica con todos los tintes de una novela épica, una genealogía de ladrones y revolucionarios que terminó formando a uno de los más grandes líderes de la historia mexicana: el mismísimo Centauro del Norte, Pancho Villa.

Detalles