Basada esencialmente en la adquisición de automatismos a través de procesos repetitivos, la enseñanza tradicional de la música provoca, por su propia naturaleza, gran parte de las frustraciones y de los fracasos que sufren los instrumentistas de cuerdas y, en particular, los violinistas. Olvidamos con demasiada frecuencia que el hecho de tocar un instrumento, de interpretar la música, moviliza a la vez el psiquismo y los recursos corporales y pone en juego la totalidad del ser. En el violín interior, fruto de su dilatada experiencia pedagógica, Dominique Hoppenot proyecta una visión totalmente inédita acerca de esta problemática y viene al encuentro de aquellos cuya práctica instrumental dejó insatisfechos. Su proceso rigurosamente coherente reintegra cada aspecto de la acción de tocar en una unidad intangible. Nos propone un trabajo desde el interior en el cual se analizan todos los 'componentes con un entusiasmo y una lucidez excepcionales: la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí -mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno, todos los temas expuestos intervienen en favor de una realización instrumental y musical en armonía con la necesidad de realización de uno mismo a la que todo el mundo aspira, por lo menos en el inconsciente.

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