Durante el último mes, el silencio se ha vuelto pesado que lentamente me entierra y me sofoco debajo de él. Me quiebra. La verdad tiene que salir ya, sin importar lo que pase después. ¿Pero por dónde debo empezar, qué hilo debo jalar para desenredar este ovillo revuelto que llevo adentro? ¿Cómo debo contar la historia, la historia de nuestra desafortunada hoja de trébol? Se trata de personas que respiran, que se besan, que lloran, que sudan sangre y sudor. No se trata de personas cualquiera. Se trata de nosotros cuatro: Judith, Philipp, Anouk y yo.

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