Memorias inconclusas
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Memorias inconclusas

A propósito de Cecilia Fuentes Macedo la escritora de moda en México, su presencia en las redes sociales y el resurgimiento de Rita Macedo.

Por supuesto que Cecilia también me extrañaba. A veces la encontraba Carlos [Fuentes] con la mirada lejana y, cuando la hacía reaccionar, la niña le decía: “Quiero ir a mi casa mía con mi mamita mía”

- Mujer en Papel, p. 241.

El epígrafe que da inicio a nuestro artículo, da cuenta de la fuerte conexión que siempre existió entre la escritora mexicana revelación 2019-2020, Cecilia Fuentes Macedo y su madre, la legendaria actriz mexicana de la época de oro de cine, Rita Macedo, quien fuera en vida una mujer reservada, de expresión afectada y, que en menos de un año, ha resurgido de sus cenizas con una fuerza tal, que un ejército de nuevos admiradores leen con fruición e incesantemente, sus memorias inconclusas tituladas de una manera sugerente, MUJER EN PAPEL.

MUJER EN PAPEL ha sido un parteaguas, su título resulta nostálgico y hasta sarcástico, en una época en la que el papel resulta un bien cada vez más escaso y, las plataformas digitales, lo han orillado a una forma romántica de leer.

Pero, ¿Por qué titular al libro de memorias inconclusas de Rita Macedo, MUJER EN PAPEL? Cecilia, la hija menor de la actriz declara que, en la intimidad doméstica, su madre era una mujer que estaba siempre en “papel”, porque se tomaba en serio sus caracterizaciones, ensayando con empeño su próximo personaje en el cine, el teatro o la televisión, en medio de gritos de histeria y gesticulaciones exageradas, que terminaban por  asustar al personal doméstico, que solía huir despavorido, al tiempo que decían: “La señora está loca”.

Imagínese la escena, estimado lector: Si la señora Macedo estaba ensayando, pongamos por caso, “La Maldición de la Llorona”, ya podrá hacerse una idea de lo espeluznante del día a día, en aquella residencia: no quedaba otro remedio que convivir con el terror en el ámbito doméstico, el tiempo que durase el rodaje. Con todo ello, Cecilia al igual que su madre, apelan al sentido del humor punzante, que es el sello familiar, lo que hace de MUJER EN PAPEL un texto de memorias, con  pasajes sumamente hilarantes, como el que describe el lamentable estado de la ropa interior, de un personaje de la envergadura de María Félix, dejando perplejo al lector, porque suponiendo a la Doña una mujer impecable, el leyente jamás duda de las palabras de Rita y no puede parar de reír con sonoras carcajadas...  

Pero Cecilia, con su sólido texto MUJER EN PAPEL, pasa de la comprensión de la intrincada relación con su madre, al reconocimiento de la misma por su notable deseo de superación en el mundo del espectáculo y, para hacer el texto aún más interesante, nos cuenta, con lujo de detalles, la fuente primigenia de donde brotaba el insoportable sufrimiento de Rita: Mamá Julia, personaje que, a pesar de abrir y, prácticamente cerrar la narración, casi no es mencionada en las memorias, resultando más que evidente para el lector experto, que se trata de un personaje sumamente incómodo, que es mejor esquivar en la medida de lo posible, a lo largo de las memorias, de la misma manera que lo hiciera Rita, estando en vida.

Nos atrevemos a aseverar, sin temor a equivocarnos que, en este milenio y gracias a MUJER EN PAPEL, Rita Macedo, llegará a ser aún más “mediática” y justipreciada, de lo que alcanzó a lograr mientras fue pareja de Carlos Fuentes, ofreciendo sus célebres y comentadas fiestas en la casa de “Galeana”, suerte de oasis en aquella Ciudad de México, convulsionada por huelgas estudiantiles y los lamentables sucesos de Tlatelolco. Una residencia que fue punto de encuentro para el movimiento intelectual latinoamericano de los años sesenta; las manifestaciones pop, el cine underground, la minifalda, los colores alucinantes y el frenetismo de los bailes gogó y yeyé, donde igual podía discutirse acerca de los trasplantes de órganos, la televisión a color, los viajes interespaciales, o el LSD. Incluso, por aquellos días Carlos Fuentes, Rita Macedo y una jovencísima Julissa, llegaron a engalanar la portada de  Vogue.

 

Continuará… 

Por Danny Gaudio

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