No queremos arriesgar cariños
Blog

No queremos arriesgar cariños

Hay temas que no se tocan, son aquellos que nos prenden una alerta, no queremos arriesgar cariños por diferencias ideológicas.

En ocasiones, hablar de feminismo es como hablar de algo peligroso y contagioso. En todas las épocas,  proclamarse feminista ha sido algo así como un salpullido que te sale a ti, pero le da comezón a otro; un tema tabú entre las “buenas conciencias”.

Hasta cuando no se tiene una posición respecto a algo, se está adoptando un punto de vista sobre el tema. Para nosotros y desde los libros vemos el feminismo como un movimiento plural y crítico; de ideas, denuncia y reivindicación, producto del conflicto social que genera una posición de subordinación y desigualdad de las mujeres.

Para entender este tema, se despliega una especie de amplio espectro que despliega las más variadas opiniones. Posturas que intentan explicar de manera sencilla un movimiento complejo, como lo aborda Camille Paglia en Feminismo pasado y presente. O hacer lo contrario y empezar explicando lo que no es, como la aplica Jessa Cripin en Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista.

La literatura fue el vehículo ideal para que Simone de Beauvoir arremetiera con sólidos argumentos contra instituciones intocables como la familia tradicional y la maternidad en El segundo sexo. El movimiento feminista surge ante la necesidad de actuar sobre un arraigado conflicto, que atraviesa a la sociedad, determinado por el hecho de nacer mujer. 

El origen y las consecuencias de este movimiento han dado lugar a distintas teorías, y en ocasiones a infructuosos debates. Juzgar a la ligera historias como la del colectivo de arte protesta ruso con sede en Moscú llamado Pussy Riot, que ha dividido opiniones, sin embargo,  es un fenómeno que podemos ver desde otro punto de vista si nos acercamos a la lectura de Desorden público. Una plegaria punk por la libertad.

El feminismo un tema complejo, pero no imposible, Feminismo en 100 preguntas confirma que puede explicarse con rigor. Gran parte de la polémica se desata por la incuestionable diferencia biológica que de alguna manera han marcado las relaciones entre mujeres y hombres a lo largo de la historia de la humanidad, generando discriminación y desigualdad que se manifiestan diversas dimensiones que van de lo social, lo educativo a lo cultural y lo económico.

Para pasar de la teoría a la práctica en lo que a brecha de género respecta, nos quedamos con una reflexión de Carole Pateman, autora de El contrato sexual, “la posición de la mujer no está dictada por la naturaleza, por la biología o por el sexo, sino que es una cuestión que depende de un artificio político y social.”

Compartir:
Ver todas