Por distintas circunstancias, Ulises y el Poncho se incorporaron al Cártel de Los Montero. Los jóvenes halcones tienen que vigilar la ciudad a bordo de su motoneta y sólo cuando observen algo que afecte los intereses de la organización están obligados a reportarlo a Rosendo, su jefe. Tomar dinero de otro cártel tiene a Ulises en el Cempla (Centro de Ejecución de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes), que es una cárcel para menores de edad. Pero retar al líder del penal ha sido su peor error. Ahora debe luchar por sobrevivir, sobre todo porque Lupita, su novia, ha sido levantada por Los Barrón, una célula criminal del Cártel de Los Perros. Poncho intentará ayudar a Ulises, al grado de fraguar la detención, con fines de extradición a los Estados Unidos, de Ignacio Buitrón, un abogado incrustado en la delincuencia organizada. Ulises obtiene su libertad, pero ahora se le acusa del homicidio del Ray, líder Cempla. Por haber cumplido su mayoría de edad será remitido al penal de Atlacholoaya. De ahí sólo podrá ser liberado por Mariano Malacara. El abogado penalista de mayor habilidad en los tribunales. El defensor cumple su osadía y libera a Ulises, pero, no sólo saldrá de la cárcel en un ataúd, ese mismo día es acuchillado por el Pirri, el líder de la cárcel. Lupita está harta de portarse bien, eso sólo le ha traído abusos y maltrato a su persona, ahora se dispone a ingresar y engordar las filas de los grupos criminales al lado del Poncho.