Un hombre solo busca comunicarse con sus amigos en un departamento de soltero en el centro de Santiago en un momento de maricona angustia. Una trabajadora de un café con piernas —madre soltera y devota de Maria Goretti y Teresita dé Los Andes— descubre su nueva sexualidad mientras espera que su caliente hija de quince llegue a su casa en la comuna de Recoleta. Un maestro chasquilla, un Diógenes acumulador de todas las basuras del mundo, observa el universo en miniatura que, como un ser todopoderoso, ha construido en su precaria vivienda del barrio de Franklin mientras espera al amor de su vida. En el otro extremo de la ciudad, un matrimonio bendecido por dios trata de enfrentar sus terribles problemas, mientras busca llegar al cielo bajo la dirección espiritual de un Curita Santo que los tiene agarrados de las bolas. Curita que es tan distinto al valeroso Vicario Cristián, que una noche de angustia y contrición, inexplicablemente convertido en una vieja, recuerda los tiempos en que se enfrentó a las bestias más salvajes de la dictadura. Una novela coral donde todo se mezcla. El deseo y la muerte. La culpa y la fe. La salvación y la condena. Juan Pablo II y Daniel Zamudio. Pier Paolo Pasolini y Álvaro Corbalán Castilla. La Quintrala y el Comando de Vengadores de Mártires. Y como fondo de todo, la figura depravada del Viejo Pascuero que, como dios ante niñitos crédulos, busca su propia satisfacción exterminando los males del mundo. Siete círculos para una genealogía de la violencia. Una novela gay y blasfema.

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